12/03/2010 TESÓN CIUDADANO
Ayer, por casi dos horas, más de 2 mil defraudados de las empresas financieras Sitma, Invergroup, Incoin y la Comercializadora Mexicana de Servicios, Bienes, Médicos y Recursos Administrativos (Comsbmra) bloquearon la autopista México–Puebla en sentido a la capital del estado y otras cinco vialidades de acceso al norte de la ciudad, con el fin de exigir la creación de un fondo público federal y estatal que sirva para ser indemnizados por el dinero que no les fue devuelto.
Por principio de cuentas, es de celebrar el tesón de los ciudadanos que no han renunciado ni un segundo, a lo largo de nueve meses de lucha, a la defensa de sus derechos y la impartición de justicia.
No sólo eso, los defraudados han dado muestras dignas de organización y movilización, de estrategia jurídica y de proyección mediática.
Del otro lado está la actuación gubernamental. Las administraciones federal y estatal que no han podido ofrecer una solución de conjunto al problema que afecta la vida de miles de familias, porque lo que está en juego es nada menos que su patrimonio.
Resulta inaceptable que hasta este momento no haya un solo viso de solución real para los miles de defraudados.
Lo que han sobrado son pretextos, disculpas y promesas y la falta de voluntad política para responder a las demandas de los afectados.
La paciencia de los ciudadanos parece irse agotando, lo que exige al gobierno una intervención más expedita, con el fin de atender y velar por una demanda ciudadana que hoy afecta a un núcleo muy significativo de la sociedad poblana.
Nota leida en:http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2010/03/12/puebla/editorial.php
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Por principio de cuentas, es de celebrar el tesón de los ciudadanos que no han renunciado ni un segundo, a lo largo de nueve meses de lucha, a la defensa de sus derechos y la impartición de justicia.
No sólo eso, los defraudados han dado muestras dignas de organización y movilización, de estrategia jurídica y de proyección mediática.
Del otro lado está la actuación gubernamental. Las administraciones federal y estatal que no han podido ofrecer una solución de conjunto al problema que afecta la vida de miles de familias, porque lo que está en juego es nada menos que su patrimonio.
Resulta inaceptable que hasta este momento no haya un solo viso de solución real para los miles de defraudados.
Lo que han sobrado son pretextos, disculpas y promesas y la falta de voluntad política para responder a las demandas de los afectados.
La paciencia de los ciudadanos parece irse agotando, lo que exige al gobierno una intervención más expedita, con el fin de atender y velar por una demanda ciudadana que hoy afecta a un núcleo muy significativo de la sociedad poblana.
Nota leida en:http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2010/03/12/puebla/editorial.php
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